Según un estudio realizado sobre los desórdenes alimenticios, apunta que los factores de riesgo para desarrollar un problema como la anorexia o la bulimia varían en función del sexo. Estos problemas afectarían de maneras distintas a chicos y chicas:

“Esta es la razón del porque las estrategias de prevención de estos desórdenes tendrían que ser diferenciadas y específicas”, explican los autores de este trabajo, publicado en el último número de la revista ‘Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine’.

Miembros de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, autores de este estudio, analizaron durante aproximadamente siete años a una muestra de 6.916 chicas y 5.618 chicos, que, al inicio del estudio, tenían entre 9 y 15 años. A través de varios cuestionarios periódicos, evaluaron la frecuencia con la que los adolescentes se ponían a régimen, si tomaban como modelo a personas que aparecían en los medios de comunicación o si recibían comentarios negativos sobre su figura por parte de padres, amigos o compañeros, además tuvieron en cuenta si tenían hábitos relacionados con la bulimia o si había antecedentes de trastornos alimenticios en su familia.

Luego de los estudios, los investigadores se dieron cuenta de que “hacer dieta frecuentemente e intentar parecerse a las personas que aparecían en los medios de comunicación eran factores predominantes para hábitos de atracones en chicas de todas las edades”.

En el caso de los chicos, este comportamiento era más habitual cuando ellos recibían comentarios negativos sobre su peso por parte de su padre, a la vez que comprobaron que tener una madre que sufría o había sufrido un trastorno alimenticio, era un factor de riesgo entre las adolescentes menores de 14 años.

Ellos aconsejan que si se desea evitar el desarrollo de comportamientos bulímicos en chicas deberían incorporar actuaciones en los medios y otras iniciativas que ayudaran a que las jóvenes fueran menos susceptibles a las imágenes que perciben y a los comentarios ofensivos de los hombres, mientras que en el caso de los varones las estrategias deberían centrarse en enfoques que les ayuden a no asumir los comentarios negativos que hagan sus padres sobre su peso.

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