Según la publicación de dos nuevos estudios en Archives of Neurology, el ejercicio aeróbico habitual no sólo protege de los problemas de memoria típicos de la edad, sino que también puede retrasar el reloj del envejecimiento cerebral.

Uno de los estudios halló evidencias de que el ejercicio moderado, como una caminata intensa, la natación o el yoga en la mitad de la vida o después, reduciría el riesgo de desarrollar trastornos cognitivos leves.

De otro lado, la otra investigación, realizada con un grupo de adultos mayores con problemas cognitivos leves (problemas de memoria, como olvidarse los nombres de personas o equivocar el lugar en que se guardan ciertas cosas), detectó una mejoría en la agilidad mental tras seis meses de actividad aeróbica de alta intensidad.

Un equipo en Seattle estudió a 33 adultos con deterioro cognitivo leve, con el objetivo de conocer más sobre el tema.

Veintitrés participantes ejercitaron entre 45 y 60 minutos en una cinta o en una bicicleta fija, cuatro días por semana, durante seis meses; los 10 restantes (grupo de control) hicieron ejercicios de estiramiento, pero mantuvieron un ritmo cardíaco bajo.

Tras seis meses de actividad aeróbica intensa “mejoraron las capacidades cognitivas de atención, concentración, organización, planificación y tareas múltiples”, explico la doctora Laura Baker, de la Escuela de Medicina de la University of Washington y del Centro Médico de Asuntos Veteranos.

“Los test cognitivos en el grupo que no había ejercitado revelaron un deterioro continuo”, añadió.

El otro estudio, liderado por Yonas E. Geda, de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, incluyó a 1.324 adultos mayores sin demencia en el período 2006-2008. De ellos, 198 tenían deterioro cognitivo leve y 1.126, función cognitiva normal.

Los participantes que dijeron que habían hecho ejercicio moderado, como caminata intensa, aeróbicos, yoga, ejercicios de fuerza o natación, desde los 40 años en adelante eran menos propensos a sufrir deterioro cognitivo leve.

El ejercicio moderado en la mitad de la vida estuvo asociado con un 39 por ciento menos de posibilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve y con un 32 por ciento menos riesgo de sufrir deterioro mental para ambos sexos.

Category
Tags

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *