Las células madre del cáncer se han convertido en uno de los grandes enigmas de la oncología moderna. Los investigadores van conociendo un poco mejor a esta pequeña población de células maestras que forman parte del tumor y facilitan su supervivencia. La última publicación de la revista ‘Natura’ nos muestra el estudio de un grupo de investigadores que ha descubierto por qué parecen ser más resistentes a los tratamientos.

A pesar de eliminar la mayor parte del cáncer, si algunas de las células madre quedan indemnes, ellas solas son capaces de hacer reaparecer la enfermedad transcurrido el tiempo. Maximilian Diehn y su equipo, de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, han descubierto que la clave está en un mecanismo pensado para proteger a las células madre sanas que sirven para regenerar los tejidos a lo largo de la vida de los daños que puedan sufrir en su ADN; pero que en el caso de las células madre tumorales, frena los daños que deberían causarles la radioterapia o la quimioterapia.

Los investigadores fijaron su atención en las especies reactivas de oxígeno, unas pequeñas moléculas en constante movimiento que van dañando a las células mediante un proceso de oxidación. Aunque estas sustancias se producen dentro del proceso de división celular normal, también actúan como mediadoras para facilitar la acción de la radioterapia y la quimioterapia.

Lo que estos científicos han descubierto es que las células madre, sanas como cancerosas, son capaces de producir una cantidad significativa de proteínas antioxidantes que les protegen del estrés oxidativo. Hasta ahora ya se sabía que esto era así en algunos cánceres de la sangre, pero sus experimentos han permitido demostrarlo también en células madre procedentes de tumores de mama.

Las células madre tumorales, explican, son capaces de producir más antioxidantes que “capturan y desarman” a las especies reactivas de oxígeno. O dicho de otra manera, su ADN permanece protegido frente a los daños oxidativos que deberían causarle las radiaciones y los fármacos quimioterápicos. En las células madre normales, esta misma lógica permite al organismo proteger a estas encargadas de ir regenerando los tejidos.

Lo que es más esperanzador es que los científicos lograron bloquear este mecanismo y hacer que las células madre tumorales fuesen más vulnerables a los tratamientos.

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