La Red Global para la Investigación sobre la Salud de Mujeres y Niños, un organismo que depende de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, ha elaborado un estudio en seis países comparando las tasas de muerte fetal y los recursos sanitarios disponibles.

El 97% de las muertes fetales, las que se producen más allá de la semana 20 de gestación, se producen en los países en desarrollo. Mejorar la asistencia prenatal, disminuir el número de partos desatendidos o asistidos por parteras fuera de los hospitales es crucial para frenar estos fallecimientos.

Entre los 60.154 partos registrados en Argentina, Guatemala, Zambia, la República Democrática del Congo, India y Pakistán a lo largo de 21 meses se produjeron 1.472 muertes fetales. Esto supone una tasa de 24 fallecimientos por cada 1.000 partos, cinco veces superior a la de los países desarrollados.

Argentina fue en el que menos muertes se produjeron (9 por cada 1.000 partos) y Pakistán en el que más, con una tasa de 34 decesos por cada 1.000 nacimientos. “Las comunidades menos desarrolladas, donde casi todos los partos ocurrieron en dependencias familiares sin la asistencia de sanitarios entrenados” alcanzaron este pico.
Las diferencias en cuanto al tipo de atención recibida resultaron abismales. Mientras que cerca del 70% de los partos en Argentina fueron atendidos por un especialista, en Guatemala, el Congo y Zambia menos de un 1% recibieron este tipo de asistencia.

Todos los alumbramientos en el país sudamericano tuvieron lugar en un hospital. Por el contrario, en el resto la gran mayoría, que en el caso de Guatemala alcanza el 99,9%, se produjo en casa y atendidos por familiares o, en el mejor de los casos, por parteras.

“Nuestros datos sugieren que una asistencia sanitaria de calidad durante el parto, en especial el acceso a profesionales de elevada cualificación y a las cesáreas, está asociada con tasas de muerte fetal más bajas”, señalan los autores que resaltan la necesidad de realizar más estudios en este campo.

Los partos por cesárea son imprescindibles en muchos casos para salvar la vida de la madre y/o del bebé. “Una tasa mínima del 5% es necesaria para reducir las muertes fetales”, explican los autores. Sin embargo, salvo Argentina, con un 19,1% de cesáreas, ningún otro estado alcanza este umbral.

Otros factores de riesgo son ser mayor de 35 años, tener un nivel de educación bajo y ser primípara o estar en el cuarto o más embarazo, según las conclusiones que aparecen en la revista ‘American Journal of Obstetrics and Gynecology’.

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