Una investigación española sugiere que el varón también debería tomar ácido fólico, puesto que de él depende también la salud del embrión.

Según María Luisa Martínez-Frías, Directora del Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAC) del Instituto de Salud Carlos III (Madrid), autora del artículo. “No sólo la mujer debe de preocuparse en tomar las medidas pertinentes para concebir y procrear un bebé sano, sino también el varón, ya que la biología del nuevo ser depende en un 50% de él”

El objetivo de Martínez-Frías es cambiar los protocolos de prevención primaria de los defectos congénitos, que aparecen en un 6%-7% de los embarazos.

Mediante su artículo, publicado en la revista ‘Journal of Medical Genetics’, analiza las principales causas de alteraciones epigenéticas, que pueden ocasionar la aparición de malformaciones y otros problemas del feto.

Los procesos de formación de los gametos femeninos y masculinos son dos momentos cruciales en los que se pueden dar estas alteraciones. En el caso de la mujer, estos se dan en parte durante su etapa embrionaria y en parte una vez alcanzada la madurez sexual, durante el ciclo ovulatorio. La espermatogénesis masculina se activa en la pubertad e implica numerosos cambios en el ADN de las células.

La exposición a determinados factores ambientales u ocupacionales durante estos procesos puede causar daños en el material genético de los gametos que más tarde se traduzcan en defectos en el feto e, incluso, en los hijos de los hijos”, señala Martínez-Frías.

Y la única forma de evitarlo es disminuir esta exposición. Por eso, cuando las mujeres buscan el consejo de los expertos antes de intentar un embarazo, los ginecólogos recomiendan el abandono de ciertos hábitos, como el tabaco o el alcohol, y la ingesta de ácido fólico varios meses antes de que se produzca la fecundación. En el caso de la madre, estas medidas se deben prolongar durante la gestación, ya que sus primeros compases son especialmente sensibles.

Sin embargo, como lo argumenta la investigadora española, cuando un determinado factor es capaz de alterar una célula, lo más probable es que también afecte otras. “Es lógico pensar que los espermatozoides también pueden acarrear cambios que afecten al desarrollo fetal”, subraya.

A este entender, los varones también deben prepararse antes de la gestación. “Debemos planificar el embarazo para que tres meses antes de buscar el niño los dos miembros de la pareja tomen las mismas medidas que habitualmente se recomiendan a las mujeres (la ingesta de ácido fólico, el abandono del tabaco y el alcohol, etc.)”, explica la autora.

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