La cúrcuma es una planta originaria de Asia que se lleva utilizando durante siglos para curar varios tipos de dolencias que afectaban al organismo. Este producto ha estado encaminado a combatir el malestar y cualquier tipo de problema gastrointestinal, desde diarreas, cólicos, inflamación; pero ahora se está aplicando como una buena aliada en los ataques de artritis, ya que nos ayuda a mitigar los efectos de esta dolencia debido a los efectos diuréticos y drenantes del organismo que posee.
Además, la cúrcuma es utilizada como energizante y reconstituyente natural, lo que la convierte en un complemento ideal para las personas que sufren de agotamiento o energías bajas. Su gran efecto medicinal se debe a su alto contenido es sustancias antioxidantes, que la convierten en un aliado para proteger nuestras células de los efectos degenerativos del ambiente.
Estos antioxidantes son los que dotan a la cúrcuma de un tipo de hierba muy recomendada en la prevención de determinadas enfermedades como el cáncer. Por este motivo su ingesta es recomendable en cualquier momento, estemos o no enfermos, ya que como medio preventivo es muy adecuado. Habitualmente se recomienda consumir cúrcuma para prevenir el cáncer de pecho, de piel y de colon.
También, el consumo de la cúrcuma está asociado a la prevención y el control de la acidez gástrica, prevención de cálculos biliares y renales. Su efecto depurativo es beneficioso para el organismo ya que se encarga de regular los niveles de colesterol malo que afecta a nuestras arterias.
Recientes estudios han concluido que puede ser una importante forma de prevenir la aparición del alzheimer.
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