Un grupo de investigadores daneses descubrieron que un tipo de colesterol ignorado es el causante de muchos ataques cardiacos. Los investigadores explicaron que los pacientes que tienen niveles superiores de una forma de colesterol poco conocida, llamada lipoproteína (a) y que varía hasta 1.000 veces de una persona a otra, eran también más propensas a sufrir ataques al corazón.

“Las estatinas (un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol en sus distintas formas), consumidas por millones de personas para reducir el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular (ACV), no afectan a la lipoproteína (a) pero los resultados alentarían a desarrollar nuevos fármacos para reducir el colesterol”, dijo Borge Nordestgaard, del Hospital de la Universidad de Copenhague, quien dirigió el estudio.

Para averiguar el protagonismo de la lipoproteína (a) en los ataques cardíacos, el equipo de científicos analizó los genes de 45.000 hombres y mujeres que brindaron muestras de sangre para un amplio sondeo nacional que comenzó en 1976, evaluó los niveles de lipoproteína (a) y luego siguió a los sujetos hasta el 2007.

Los resultados han arrojado que las personas con los mayores niveles de este tipo de colesterol fueron las que padecieron más ataques cardíacos. Una variación genética determinada representaba alrededor de un cuarto de los casos de lipoproteína (a) elevada.

“La lipoproteína (a) ha estado rondando por un largo tiempo como factor de riesgo, pero las personas no la habían tomado demasiado seriamente porque no creían que causaba ataques cardíacos”, dijo Nordestgaard.

“Ahora demostramos que, como el LDL, está causando infartos. Un problema es que las personas tienen escaso control sobre el colesterol, cuyos niveles pueden variar hasta 1.000 veces entre los individuos”, añadió el investigador.

La niacina, una vitamina que se suele prescribir genéricamente para disminuir el colesterol, también reduce los niveles de lipoproteína (a). No obstante, puede causar incómodo enrojecimiento. La aspirina también puede hacer descender la cantidad de lipoproteína (a).

Para finalizar, Nordestgaard manifestó la esperanza de que su estudio anime a los laboratorios a desarrollar un nuevo fármaco destinado específicamente a la lipoproteína (a).

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