El esperma es el medio de trasporte más utilizado por el virus del VIH y es capaz de transmitir la infección a las células T, jugando un papel esencial en el avance de esta pandemia. Un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, estudió la forma en la que el semen conduce a este terrible virus.

El semen contiene los tres elementos protagonistas de la infección: viriones libres (la unidad estructural del VIH), leucocitos infectados y espermatozoa (células espermáticas maduras). Sin embargo, el modo en el que transmiten la infección no ha sido bien estudiado hasta el momento, según publican en la revista ‘Journal of Experimental Medicine’,

Ana Ceballos, del Centro Nacional de Referencia para el sida de dicha universidad, se ha centrado en la espermatozoa, la menos conocida de estas fuentes, y ha visto que es un compuesto muy eficaz a la hora de capturar el VIH y llevarlo a las células del individuo sano a través de las relaciones sexuales.

La infección sucede cuando el VIH logra atravesar la mucosa epitelial de los genitales e interactúa con las células (las T, las dendríticas y los macrófagos), que son las principales dianas para expandir el virus por el resto del organismo. Aunque no se conoce el mecanismo por el cual este virus logra pasar estos filtros, el estudio ha comprobado que la espermatozoa captura al virus y lo pasa a las células dendríticas.

Los científicos señalan que la espermatozoa gana acceso a las células dendríticas del aparato reproductor femenino en dos escenarios: si existen microabrasiones en la superficie de la mucosa, producidas frecuentemente durante el acto sexual (en el 60% de los casos) o si existen úlceras genitales u otras heridas que permitan la entrada del virus.

Y este proceso se ve favorecido por el aumento de los valores del pH vaginal durante el coito. Un entorno vaginal saludable se encuentra normalmente en un pH de entre 4 y 6 (ni muy ácido ni muy básico). Por el contrario, los valores normales del semen varían entre 7,2 y 8. Pero cuando el semen entra en contacto con la mucosa vaginal, el pH de la vagina aumenta y llega hasta el nivel 7, este es el momento que aprovecha el VIH pasar de uno a otro, explica la investigación.

“A este entender, el estudio pone de manifiesto que la acidez de la vagina, en estado normal, proporciona un mecanismo de protección frente a la transmisión sexual del virus. El reto es conseguir un producto que sea capaz de mantener este ambiente incluso después del acto sexual”, subrayan los estudiosos.

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