Un nuevo estudio acredita el consejo de los especialistas de recomendar el uso de hierro para que el embarazo sea saludable. Elevando el consumo de hierro, una embarazada reduciría el riesgo de que su hijo sufra esquizofrenia.
Según explicó el autor principal del estudio, doctor Holger Srensen, del Hospital Universitario de Copenhague, en Dinamarca, los hijos de mujeres anémicas en el embarazo, sobre todo por deficiencia del mineral, tuvieron un aumento significativo del riesgo de desarrollar el trastorno mental.
El hierro es necesario para la producir hemoglobina, una proteína que distribuye el oxígeno al cuerpo. Dado que una embarazada posee un grupo extra de órganos y tejidos, y casi un 50 por ciento más de sangre, necesita una cantidad adicional para tener suficiente oxígeno circulando.
“Pensamos que la deficiencia materna de hierro alteraría vías fundamentales de distribución del oxígeno y de nutrientes al feto“, dijo Srensen.
Para arribar a sus resultados, el equipo de Srensen examinó la evolución psiquiátrica de un gran grupo de niños nacidos en Dinamarca entre 1978 y 1998. Se controló a cada niño desde los 10 años hasta la aparición de esquizofrenia, la muerte o el final del estudio el 31 de diciembre del 2008.
Entre 1.115.752 de recién nacidos, 17.940 había estado expuesto a la anemia materna en el útero. De ellos, 3.422 (incluidos 41 del grupo expuesto) desarrolló esquizofrenia, según precisó el equipo en la revista Schizophrenia Bulletin.
Se podría haber prevenido el 0,58 por ciento de los casos de esquizofrenia (20 diagnósticos) si no hubiese habido casos de anemia en las embarazadas.
Pero para el equipo, estos datos podrán haber subestimado el impacto real de la anemia. Es posible que a algunas embarazadas se les haya diagnosticado y tratado la anemia fuera del hospital y, por lo tanto, fuera del registro danés de datos utilizado en el estudio.
Ese subregistro también pudo haber existido con los diagnósticos de esquizofrenia. Aun a los participantes más grandes se los controló sólo hasta los 30 años.
“Controlar la anemia por deficiencia de hierro (o por otras causas) y corregirla es bastante sencillo en la práctica médica“, subrayó Srensen.
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